viernes, 14 de julio de 2006

De una patada rompo el Sol

y acabo con este maldito calor. Tengo que hacerlo o el calor acabará conmigo. Con un poco de suerte involucionaremos y perderemos la facultad de hablar. ("La capacidad de hablar no te hace inteligente" Muere maldito Jar Jar!).
Seremos libres de nuevo, haremos caso al instinto. No habrá facultad de mentir, por contra, podrás estampar las paredes de las cuevas con un precioso toque rojo. Sí, rojo sangre.
O mejor, dale un poco de toque amarillo biliar. Sí. Quizá algo oscuro; claro, eso que le salía por la boca no era normal. Bueno, lo es cuando tienes un agujero adiccional y tu ano sólo sirve como orificio de entrada. Entrada de saliva. Se entiende.
Más ventajas: no habrá porteras, taxistas, metrosexuales... y demás fauna autóctona. Todo será puro y limpio, no te tendrás que vestir para aparentar algo que no eres ("No eres lo que vistes")
Incovenientes: la más que probable destrucción de toda la civilización (Ups. Esto va en ventajas. Adiós bancos, adiós parquímetros, adiós corte inglés, adiós espinete. Será a ti a quién eche más de menos).
La pérdida de algunos recursos como la ironía. Mejor, hay gente con quién no usarla.
O el desuso de armas como el AK-47. Bueno. Es un mal menor. No hay balas para todos. Ilusos.
Y así podré dormir de nuevo. Mierda. Hoy toca endrogarse para poder dormir. E incluso no dormir. Bueno. Da igual. Adiós Sol. Nunca me gustó que hicieras caer a Ícaro ni que intentes ceguar a los ángeles caídos.

domingo, 9 de julio de 2006

Sabor agridulce






Como...








sangre y dentífrico
escuchar una versión peor que su predecesora
despertarse demasiado pronto
espinas clavadas en el recuerdo
el ron con limón
perder una final
no terminar un sueño
no empezar un viaje
sábanas de hotel que rozan la piel quemada
algunas miradas
domingos de resaca
el estado de las cosas
dentífrico y sangre