jueves, 14 de diciembre de 2006

es u oh

-Tiene usted un parásito
-¿Un qué?
-Un pa-rá-si-to, ya sabe: le chupa la sangre, sorbe su conciencia.. lo típico. ¿Ha visto el exorcista?
-Sí.. ¿quiere decir que vomitaré verde?
-No. Que hará vomitar a los demás. Pero no es culpa suya, es del parásito.
-¿Y qué puedo hacer doctor?
-Es díficil, por la analítica, se ve que lleva demasiado tiempo contaminado. El daño hecho es irreparable ¿no se ha dado cuenta antes?
-No, la verdad es que creía estar muy bien
-[...]
-De verdad, haré lo que sea para curarme,lo que sea.
-Miente
-¿?
-Lo sé por sus ojos. Está mintiendo, quizá sea otra vez el parásito.
-Doctor, ¡no quiero sufrir!
-Pues va a sufrir, y mucho además. Le irá comiendo todos los órganos uno a uno, despezándole poco a poco, siendo cada vez más dócil....
-¡Pero yo estoy perfectamente!
-Le seré más gráfico: uno no echa de menos su apéndice hasta que no está. El parásito está haciendo las funciones de apéndice, y cuando se vaya (ya que el suyo hace tiempo que murió), sufrirá... intentará buscar consuelo en el páncreas, pero tampoco estará, y así con sus intestinos, pulmones, etc...
-Es usted un incompetente, ¿cómo puede saber todo esto y no hacer nada?
-Yo ya lo he intentado todo, pero su cuerpo rechaza el tratamiento.
-¡Miente! es usted un mentiroso, doctor, ¡ Le odio !
-En primer lugar... ¿por qué me odia? ¿Por decirle la verdad?
-¡Miente!
-No, no miento
-[...]
-He notado que se fijaba en mi parche, le contaré una cosa: el rito de arrancarse un ojo para ver el futuro no es sino una maldición que permite que los vivos puedan comtemplar su propia muerte
-...¿Y qué puedo hacer?
-YA nada. No se queje, usted sabe que va a morir, pero no se ha contemplado a sí mismo retorcerse de dolor antes del último aliento, eso sí es dolor, y no su estúpido parásito.