A mi niña

Por levantarme el ánimo y la moral una vez al año.
Por darme fuerzas.
Por demostrarme que se puede dar sin esperar nada a cambio.
Porque con un sólo gesto carente de toda falsedad demuestras tu dulzura.
Un mismo gesto, repetido varias veces.
Porque me das vida, porque me das luz cada invierno.
Porque cada año creces más, pero tu esencia no se corrompe.
Por tu actos sinceros y gratuitos, que no buscan recompensa, sólo demuestra tu afecto.

Por hacerme recordar.
Porque en tus ojos no cabe la maldad.
Por ser tan despierta y abierta.

Por ilusionarme y hacerme sonreir.
Por hacer olvidarme de todo.
Por venir a mis brazos sin llamarte.

Por preferirme.

Por tus besos, tus abrazos y tus carantoñas.

Por todo.

Por ti.